-Pensé que nunca lo dirías-sonreí y la tome de la mano.
Tras unos cuantos segundos abriéndonos paso entre la conglomerada multitud que yacía en aquel club, logramos con éxito salir del establecimiento, sonreímos y aun tomados de la mano nos dirigimos a el lugar en el que se encontraban los autos, abordamos mi flamante Cadilanc, para luego ponerlo en marcha con destino al placer.
En el trayecto no pude evitar deslizar una de mis manos sobre su pierna izquierda, ella me sonríe.
-Ya no aguantas más?- cuestiono sonriendo más ampliamente.
-Ni un minuto más preciosa-Aumentando mi agarre a su pierna.
-Ok, que te parece si, calentamos?- mordiendo su labio y presionando levemente mi mano.
-Como prefieras, solo trata de que no colapse contra otro auto.-Nos resulto gracioso y ambos sonreímos sonoramente.
Aparto mi mano de ella, para luego pronunciar un “Espero disfrutes el espectáculo”, me pregunto que se traerá entre manos, es excitante la manera en la que me mira, me habla, pero comienzo a experimentar algo diferente con ella, será que esta chica a logrado en tan poco tiempo atrapar el corazón que nadie había logrado?
Es una pregunta muy apresurada, por el momento me limitare a disfrutar de los placeres que estoy seguro mi ángel me proporcionara, miro de reojo a (tu), comienza a subir un tanto su falda y abrir algunos botones de su ajustada camisa, miro a la carretera, mas no puedo concéntrame en ella, escucho un leve gemido.
Al girar mi rostro, quedo totalmente estático, (tu) llevo una de sus manos a su feminidad mientras la otra, presiona levemente su pecho derecho, es totalmente irresistible la imagen que presencio,
Comienza el movimiento de su mano de manera circular, estimulando su punto de mayor placer, para al mismo tiempo, masajear su seno, sus gemidos vas aumentando a medida que lo hace el movimiento de sus manos, intento tocarla, pero ella lo evita con una sonrisa diciéndome “Solo observa ” , admiro como desliza su ropa interior por sus piernas, para más tarde dejarla al descubierto, continua con sus movimientos, pero ahora acompañado de los de su cadera, sus gemidos cada vez me llevan a la cumbre de la excitación .
-Tom no puedo más, te quiero dentro-La oigo decir, o mejor dicho gemir.-En tu casa o en la mía-Ya un poco más calmada-
-En la mía-dije con determinación, no puedo creer que quiera hacerle esto, no a ella, beso mi cuello para susurrarme al oído.
-Mejor en la mía-Para luego morderlo.
Gracias al cielo, no quiero hacerte daño hermosa, te estás convirtiendo en alguien muy especial como para dejarte ir.
Le sonreí.
-Como quieras, tú ordenas,- luego de esas palabras por fin probé por unos breves instantes sus deliciosos labios, aun recuerdo la primera vez que los bese.
Nos dirigimos hasta su casa, se sorprendió un poco al darse cuenta que sabia a la perfección su dirección, me excuse argumentando que mi madre tenía esa información y la leí por accidente, eso bastó para ella.
Una vez en la cocherra de su casa...